viernes, 17 de octubre de 2014

Leyenda del pozo "Las Cadenas" de Almendralejo

En otras ocasiones he aludido al mágico influjo que tienen los pozos en Extremadura y por ende en Almendralejo. Muertes , suicidios, asesinatos y otras macabras historias se han producido cerca de estos. A la lúgubre historia de los años 20 del crimen del pozo Airón hay que añadir otras leyendas, como la ocurrida en el Pozo de las Cadenas. Un pozo que servia de aljibe y que tras almacenar el agua , esta era enviada al Pilar para que las bestias abrevaran en el agua cristalina.

Pozo Las Cadenas (Foto Cedida)
Unos ciudadanos cuentan que este pozo se encontraba en la Avenida de la Paz, en el curso de lo que antaño era un riachuelo que provenía de las aguas que llegaban del camino de Villafranca. Otros apuntan a que el mismo se encontraba en los aledaños de la Alberca Vieja y algunos más dicen conocer de su existencia pero no aciertan a ubicarlo en nuestra ciudad. Lo que sí es cierto es que sobre él versan varias historias de suicidios, y hoy nos vamos a quedar con una de ellas.

Para ello nos tenemos que ubicar en plena Guerra Civil Española. Si me permiten no concreto el año. Digamos que estamos entre 1936 y 1939, inicio y fin de la contienda nacional. Según he podido saber era norma habitual que de uno u otro bando ciudadanos de a pie delataran a otros vecinos para que posteriormente fueran detenidos y en algunos casos fusilados. Unos lo hacían por ideologías políticas fueran del bando nacional o republicano, y otros aprovechaban esta deshonrosa circunstancia para vengar viejas rencillas familiares.

Estando en esa época, un ciudadano que llamaremos Onofre, delató a un conciudadano que en su momento había estado enamorado de su actual esposa. De esta forma nuestro protagonista consiguió ver a ese hombre entre rejas y consumar una venganza sola y exclusivamente por celos. Tras la detención -por causas ideológicas adujeron en aquellos entonces-, Onofre empezó a sentir arrepentimientos y a tener malos augurios y presentimientos. Así, tras varios días sin conciliar el sueño, encamino sus pasos hacia la cárcel del lugar para explicar que todo había sido una broma de mal gusto. Pero al llegar, el detenido había sido trasladado a otra ciudad y nunca mas se supo de él.

Aquel episodio marcó para siempre a Onofre, que no dejaba de soñar una y otra vez con su mala acción y con la consecuencia de la misma.

Tras varios años y una vez acabada la contienda, su esposa falleció de una terrible enfermedad. Fueron meses de dolor y angustia hasta que llegó aquel fatídico día. Ese hecho acabo hundiendo irremisiblemente a Onofre en la más absoluta de las depresiones imaginables. 

Una fría mañana del mes de noviembre, al volver de su trabajo y tras haber tomado el medio litro en el bodegón que le cogía de camino, decidió poner fin a sus días. Aquel día pidió otro medio litro , puso la caña en la botella y se armo de valor. Al llegar al pozo miro a la izquierda, después a la derecha y no vio a nadie, tomo impulso y salto al fondo del aljibe. 

Su única hija, que estaba en ese preciso momento en casa, ajena a lo que estaba sucediendo, entro en trance. Los familiares que a acompañaban se asustaron ya que empezó a hablar con una voz que no era la suya. Mientan intentaban calmarla escuchaban como gritaba y hacía aspavientos con las manos, como si quisiera gatear por una pared imaginaria. Mientras explicaba en voz alta todo lo ocurrido años antes por parte de su padre mientras decía la frase “me ahogo, me ahogo”. Los familiares intentaron reanimarla viendo el sudor y las convulsiones que ésta sufría. Tras varios e intensos minutos, la joven se relajó y con tono sereno dijo “ Mi padre se ha tirado al Pozo las Cadenas”, después entro en un sueño profundo y su cuerpo se calmó paulatinamente. 

Los familiares no entendían nada, pero asustados fueron al pozo que la hija comentó, encontrando efectivamente sin vida el cuerpo de Onofre con claras señales en las uñas de haber intentado gatear por las resbaladizas paredes del pozo de las Cadenas.

Hubo más casos en los años 50 /60. Un señor apodado Pintalauva también cayó a las aguas del pozo Las Cadenas, falleciendo por ahogamiento. No sabemos si fue un suicido o una caída involuntaria. Lo cierto es que son muchos los que por un motivo u otro decidieron poner el punto y final a sus días en el pozo de LAS CADENAS. 

Cuentan las lenguas del lugar que llegando el día de los difuntos se oyen voces en los aledaños del pozo de Las Cadenas. Dicen que son las almas atormentadas intentando salir de su interior.


PINCHA AQUÍ PARA ESCUCHAR EL AUDIO






Fdo: Fernando Sierra Elías 




4 comentarios:

  1. PINCHA UVA SE LLAMABA EL QUE SE TIRO

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  2. PINCHA UVA SE LLAMABA EL QUE SE TIRO

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  3. El pozo de las Cadenas, su brocal desapareció se tapo, pero sigue siendo aljibe que abasteza al pilar que se ve en la foro.
    No es leyenda lo que cuenta porque fueron sucesos y contado y oído por mi la historia .
    El señor se llamaba (Pincha uva) y se tiro por remordimientos de las personas que había denunciado en la guerra civil, según decían las personas del pueblo.

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  4. Esta historia fue escrita por ISABEL CORONADO EN SU BLOGG LA PEQUEÑA HISTORIA DE ALMENDRALEJO

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